Vecinos de Confluencia se sienten como David frente a Goliat
Convivir con la Celulosa
Los pequeños parceleros de las cercanías de la Planta Nueva Aldea, al menos los dos que visitamos, están resignados a los cambios negativos en su vida, que está provocando la industria.
Los pequeños parceleros de las cercanías de la Planta Nueva Aldea, al menos los dos que visitamos, están resignados a los cambios negativos en su vida, que está provocando la industria.
Braulio Espinoza, se jubiló en forma prematura como tripulante y se vino de Iquique hace tres años con su familia, para establecerse y pasar sus últimos días en una apacible parcela en el sector de Confluencia.
Señala que su proyecto era frutal, una hectárea de cerezos. Hoy con el olor de la celulosa y los posibles daños que esa industria causaría a los frutales, ha decidido tratar de recuperar parte de los 14 millones que ha invertido, vender el predio y trasladarse hacia la cordillera.
Yolanda Uribe, quien vive en una pequeña parcela dedicada a la producción de cerezos y viña, señala que al principio estaban contentos porque su marido trabajó 6 meses en la construcción de la industria. Pero ahora, como todos los habitantes del sector, deben soportar el ruido y el mal olor.
Ella no está dispuesta a irse de la casa que habita por décadas, tampoco sabe qué hacer y señala que “no queda otra que resignarse”.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home