Sudamérica, el nuevo blanco de las celulosas

Sin papel no hay diarios y no hay papel sin celulosa. Tampoco hay celulosa sin industria y no hay planta sin millones de pinos y eucaliptos que aserrar. En materia de papel, Sudamérica es el lugar perfecto para expandir el mercado. Y lo es porque hoy su participación mundial en la producción es del nueve por ciento. Pero de mover las cifras al alza se encargarán las industrias multinacionales. Celco piensa lo mismo.

El grupo Angelini y su celulosa Arauco y Constitución (Celco) crece a pasos de gigante. Con la puesta en marcha de la controvertida planta Nueva Aldea, los industriales enterarán un negocio integrado por cinco fábricas en Chile y otra más en Argentina. Pero para nuestro país, al menos hasta 2015 o 2020, no hay más planes, pues “no habrá fibra disponible”, según explicó Charles Kimber, un alto ejecutivo de la firma.

Por eso miran a Uruguay -donde al menos poseen veinte mil hectáreas-, Argentina o Brasil. Y como no hay planta de celulosa sin bosque que cortar, el siguiente paso es explorar la compra de más hectáreas en dichos países. “No nos extraña que Celco tenga puestos sus ojos acá o en Uruguay”, confiesa Gonzalo Girolami, uno de los coordinadores de Greenpeace-Argentina.

Tampoco se asombra Agustín Fernández, de Greenpeace-Uruguay -que el miércoles participó en el lanzamiento del estudio “Presente y futuro de la industria de celulosa en la región”- de la escalada de las celulosas en el Cono Sur. Ni a Girolami ni a Figueroa les parece raro que el ex ejecutivo de Celco, Ronald Beare, haya sido reclutado para la gerencial general de Botnia-Uruguay, la multinacional finlandesa que tiene un megaconflicto binacional por su proyecto en la frontera argentino-uruguaya de Gualeguaychú-Fray Bentos.

La demanda mundial, con una producción a 2005 de 192 millones de toneladas, es satisfecha por pulpa proveniente en un 40% de Norteamérica, 29% de Europa, 22% de Asia y 9% de Sudamérica. Estas dos últimas zonas son las que más crecimiento experimentarían por factores económicos y climáticos. Estimaciones de la industria proyectan que a 2010, América Latina proveerá el 25% de pulpa destinada al mercado internacional, básicamente por las inversiones en Brasil, Chile y Uruguay. El consumo global de papel entre 2005 y 2020, se incrementará de 366 a 566 millones de toneladas por año.

Según evaluaciones de mercado citados en el informe de Greenpeace, la demanda mundial de pulpa blanqueada crecerá de 45 millones de toneladas en 2005 a 74 millones de toneladas en 2020, lo que requerirá ampliar la capacidad de producción en dos millones de toneladas por año. La capacidad de producción de esa materia prima en 2005 alcanzó los 50 millones de toneladas. Al 2010 se ampliará 59 millones de toneladas, pero diez años más tarde se incrementará a 81 millones de toneladas por año.

Autor:Antonio Valencia. Publicado en www.terram.cl