Empeora salud de trabajador irradiado en celco Nueva Aldea.

El trabajador Miguel Ángel Fuentes Oyarce (27), irradiado accidentalmente con energía nuclear el 15 de diciembre de 2005, dice sentirse abandonado y asegura que debido al retroceso en su recuperación deberá regresar a Francia, donde fue tratado.

El accidente se registró durante la construcción del complejo forestal e industrial Nueva Aldea, de Celco, en las cercanías del río Itata, VIII Región.

Fuentes sufrió las lesiones al manipular un isótopo de iridio 192 que se desprendió de un equipo de grammagrafía, destinado a la inspección de soldaduras, perteneciente a la empresa Inspección Técnica y Control de Calidad Ltda.

El operario asegura sentir fuertes dolores en la pierna izquierda, donde registró la mayor radiación, pese a que la herida cicatrizó cuando permaneció en el Hospital Militar Percy de París, a principios de 2006. Además, asegura sufrir continuos mareos.

Fuentes estará hospitalizado hasta mañana para realizarse nuevos chequeos, entre ellos un electroencefalograma que detectará el origen de sus dolores de cabeza y exámenes en la pierna izquierda ante el aumento de molestias.

"Mi calvario sigue, y la única esperanza es volver para atenderme en Francia, porque en Chile no hay médicos especialistas en radiación nuclear que puedan curarme. Me siento absolutamente abandonado, y es como si no existiera para quienes fueron los responsables del accidente", enfatiza el operario.

Y agrega que de parte de la empresa Celulosa Arauco (Celco), mandante de las obras de construcción del complejo Nueva Aldea, no ha recibido apoyo alguno. "Las personas de Celco ni siquiera se han acercado a preguntarme cómo estoy. La que se ha portado bien conmigo es la empresa contratista Echeverría Izquierdo, en la que trabajaba como operario cuando ocurrió el accidente radiactivo", precisó.

Fuentes dice que no lleva una vida normal y agrega que incluso le cuesta alimentarse, ya que la radiación ocasionó cambios en el esmalte de sus dientes.

Autor: Patricio Gómez, publicado en El Mercurio, 07 de marzo de 2007.