Marchas por la Vida

Dos marchas y actividades artístico culturales están programadas para este sábado 28 de octubre por los habitantes de las comunas del valle de Itata de Ranquil, Quillón, Trehuaco y Coelemu, más la comuna costera de Cobquecura quienes manifestará su rechazo a la contaminación ambiental en la zona producto de la puesta en marcha de la planta Nueva Aldea de Celulosa Arauco y Constitución (Celco).

El presidente de la Red del Vino del Valle del Itata, Víctor Rabanal Yévenes, destacó que una manifestación se desarrollará en la comunidad de Ñipas, en la comuna de Ranquil, donde está instalado el Complejo Forestal Nueva Aldea de Celco o Arauco y contará con la participación de representantes y dirigentes de las comunas de Trehuaco, Coelemu, Chillán y de Concepción.

Según explicó el dirigente productivo, la marcha partirá desde el Gimnasio de Ñipas y enfilará hacia la ribera del río Itata donde se llevará a cabo un acto artístico cultural para finalizar con una velatón en el puente de Ñipas.

En tanto, la comuna costera de Cobquecura, que vería afectado el desarrollo turístico, se movilizará a partir del mediodía con una marcha que partirá desde la Plaza de Armas y seguirá en dirección al santuario de la naturaleza Islote de la Lobería - Iglesia de Piedra, en donde residen más de mil 500 lobos marinos, que atraen anualmente a miles de turistas.

En el lugar, voceros de organizaciones sociales expresarán su descontento y rechazo ante la puesta en marcha del Complejo Forestal Nueva Aldea y la posible construcción de un emisario submarino desde la industria de celulosa de Celco, que evacuará los riles a escasos 2 kilómetros del límite comunal.

CAMBIO EN LA CALIDAD DE VIDA

La localidad de Ñipas, en donde se ubica la municipalidad de la comuna de Ranquil, sufrió un profundo y repentino cambio en su calidad de vida a pocas semanas del inicio de operaciones del Complejo Forestal Industrial de Celco, instalado en el valle viñatero del Itata, puesto que recibe directamente los impactos de la contaminación.

Según los testimonios de sus habitantes, Celco les generará pérdidas en la calidad de los cultivos viñateros, una mala imagen sanitaria y un deterioro en la calidad de vida a causa de las fuertes emanaciones de malos olores que han provocado molestias en los habitantes. Rabanal denunció que los vecinos cercanos a la caldera más grande han sido los más perjudicados, donde hay sectores en que, cuando los olores se intensifican, deben recurrir al uso de mascarillas.

“Sabemos que la empresa no puede invadir la propiedad privada aledaña a ellos. Hemos sido invadidos por esta planta, nos están contaminando el río que es de todos y emanan olores pestilentes. No tienen por qué ser autorizados para que viertan sus desechos al río siendo una empresa privada. Hay que torcerles la mano porque han mentido todo este tiempo de que no van a contaminar”, aseguró molesto.

Por otro lado, la comuna de Cobquecura, ubicada entre la desembocadura del río Itata y el límite con la Séptima Región, está preocupada por la instalación de un ducto de Celco que descargará sus riles directamente al mar.

Para los pescadores, microempresarios turísticos y autoridades locales, la intención de Celulosa Arauco pondrá en riesgo las actividades productivas y turísticas debido a los antecedentes que manejan de la planta Horcones de la misma empresa, ubicada en el Golfo de Arauco, ya que los recursos marinos de esa zona se perdieron irremediablemente.

Cabe destacar que la tecnología usada por la empresa se denomina ECF, libre de dióxido de cloro, que es la misma usada en la planta de celulosa de Valdivia, que según un estudio de la Universidad Austral, encargado por el gobierno de Chile, produjo el desastre ecológico en el santuario Carlos Anwandter.

Publicado en www.sururbano.cl